Ley 357 del 21 de enero de 1997
Colombia por medio de
la Ley 357 del 21 de enero de 1997 ratificó la "Convención relativa a los
humedales de importancia internacional, especialmente como hábitats de aves
acuáticas". Para su ratificación se suscribió al sistema delta del río
Magdalena el cual incluye la Ciénaga Grande de Santa Marta y la isla de
Salamanca. En el año 2000 y mediante el Decreto 698 del 18 de abril, Colombia
inscribió su segundo humedal de importancia internacional que corresponde a la
laguna de La Cocha o lago Guamués y el complejo de humedales asociados como
ríos y quebradas, pozos artificiales, nacimientos de agua, el complejo de
páramos, turberas y las zonas inundables.
La declaratoria como
humedal Ramsar de la laguna de La Cocha tiene mucha importancia debido a que es
el primer humedal Ramsar ubicado en zonas de páramo en la región de los Andes y
porque constituye una herramienta de valor para ayudar a eliminar o impedir
cambios negativos en estos frágiles ecosistemas, además, de poder contar con el
apoyo internacional para financiar proyectos de conservación y uso racional de
los humedales tales como el fortalecimiento de la Red de Reservas Naturales
"José Gabriel" de La Cocha.
Para la Asociación para
el Desarrollo Campesino, ADC, del departamento de Nariño, la declaratoria es un
incentivo al trabajo realizado en esta zona por más de 21 años y un estímulo a
ese amor del campesino, que ha logrado conocer lo que tiene, aprender a
valorarlo, amarlo y defenderlo.
Debido a esas
complejas interrelaciones entre los aspectos biológicos, económicos, culturales
y sociales que implica un humedal, para la ADC la declaratoria como humedal de
importancia internacional se ha convertido en un reto que busca establecer una
cultura de convivencia con el ecosistema y que respete la vida en todas sus
formas para lograr su sostenibilidad. Al hablar de sostenibilidad nos estamos
refiriendo principalmente al uso racional de los recursos de tal forma que el
hombre tenga un máximo beneficio con el menor impacto en la naturaleza.
La protección de las
fuentes de agua se convierte entonces en una prioridad en la región y es
necesario adelantar acciones para lograrlo para ello se han establecido dos
vías: la primera, el fortalecimiento de mingas investigativas con campesinos
que nos guíen sobre la manera de uso y aprovechamiento del agua y la segunda la
implementación de tecnologías sostenibles que garanticen la conservación de
este recurso.
La minga
investigativa se constituye en la vía para encontrar alternativas de uso
sostenible en el humedal y construir consensos, es decir "acuerdos bajo
los cuales todas las partes interesadas puedan convivir". De esta forma,
la declaratoria de La Cocha como un humedal Ramsar se convierte en la
oportunidad de construir colectivamente con la ayuda del diálogo de saberes una
región en donde se pueda producir y consumir alimentos sanos, donde los bosques
se conserven haciendo usos sostenible de ellos, donde la flora y la fauna
puedan convivir con las acciones humanas y donde la población humana pueda
encontrar oportunidades para su recreación, el ocio, la capacitación y la
generación de recursos económicos, garantizando de una forma colectiva la
conservación de los humedales para que las presentes y las futuras generaciones
puedan disfrutar de su permanencia.
Para la segunda parte
se han implementado varias alternativas como son la instalación de sistemas de
descontaminación de aguas mediante los biodigestores y las trampas de grasa los
cuales buscan el ciclaje continuo del agua dentro de las fincas, logrando con
ello disminuir la cantidad de contaminantes orgánicos a las quebradas y
aprovechar al máximo la cantidad de agua disponible.
En forma simultánea
con esto, tenemos la reducción gradual de uso de agroquímicos para los
cultivos, fortaleciendo para ello el proceso de producción de abonos orgánicos
que, además de ayudar al proceso de recuperación de los suelos, son una
alternativa económica en la producción campesina.
Dentro de las
reservas se ha iniciado el programa de conservación de humedales y su flora y
fauna asociada por medio de los procesos de regeneración natural y su
aislamiento garantizando con ello la no intervención humana dentro de ellos. Se
ha iniciado, además, un programa de investigación encaminado a conocer la
biología de las aves acuáticas asociadas al humedal como aspecto básico a la
hora de proponer un plan de conservación regional.
Comentarios
Publicar un comentario